viernes, 8 de octubre de 2010

ARTE NAÏF


La denominación naíf (del francés naïf, 'ingenuo') se aplica a la corriente artística caracterizada por la ingenuidad y espontaneidad, el autodidactismo de los artistas, los colores brillantes y contrastados, y la perspectiva acientífica captada por intuición. En muchos aspectos, recuerda (o se inspira) en el arte infantil, muchas veces ajeno al aprendizaje académico.

El concepto naíf del francés naïf o naïve alude no solo a cierta ingenuidad que, aplicada en el arte, se formaliza en una graciosa falta de conocimientos técnicos y teóricos: en algunos casos suelen faltar un sistema de perspectivas o una línea de fuga así como un ajustado criterio de las proporciones o un elaborado trabajo cromático.

De tal forma que lo naïf se ha asociado, en muchas ocasiones exageradamente, con el heterogéneo conjunto mal llamado “arte primitivo" y con el "arte infantil"; como quiera que sea, en francés el concepto de lo naïf y de la naïveté no sólo se circunscribe a lo ingenuo y la ingenuidad sino también a una grata sencillez que, en el arte, se trasunta por un evitar rebuscamientos o sofisticaciones.

En este sentido lo naíf puede estar dado por dos motivos distintos aunque no excluyentes: en primer lugar una ignorancia ("ingenuidad") respecto a las técnicas y teorías para realizar obras de arte y en segundo lugar por una búsqueda (consciente o no) de formas de expresión que evocan a la infancia y en tal caso la sencillez aparente es un elaborado esfuerzo de evocaciones, en el segundo de los casos para que el naïf sea auténtico la intención prístina ha de ser precísamente expresar formalmente lo que evoque a una infancia supuestamente ingenua, este punto es clave: un arte pseudonaíf revela un objetivo materialista comercial dedicado a un público target que puede ser potencial comprador.

Aunque el genuino naíf por definición no puede tener motivos predeterminados, suelen darse (debido al ambiente cultural en que surge) temáticas relacionadas con la vida campesina, la vida familiar, las costumbres, las tradiciones y la religión, representados siempre con gran imaginación y vivacidad. Por extensión suele darse impropiamente el nombre de "arte naïf" a aquel en que intencionadamente se emulan aspectos del arte naíf propiamente dicho (el arte espontáneamente ingenuo).

El interés por la frescura y el lirismo, se desarrolla primero mayormente en Francia a fines del siglo XIX, de la mano de artistas como el "aduanero" Henri Rousseau que influye en la pintura presuntamente naïf de Grandma Moses en Estados Unidos y Alfred Wallis en Inglaterra.

En Argentina, coetáneo al francés Rousseau, Cándido López llegó a una expresión formal muy próxima al naíf aunque ambos pintores jamás tuvieron conocimiento de sus respectivas vidas y obras y por ende no hubo influjo mutuo, otro ilustrador argentino que ha sido incluido frecuentemente en este estilo es Florencio Molina Campos.

El naïf propiamente dicho se suele encontrar en ciertas pinturas populares o folclóricas. De estas las más conocidas durante el siglo XX se han producido en Haití y en Croacia, siendo en Croacia conocidos sus autores. En Bulgaria Radi Nedelchev se ha conocido como el representante del arte naíf. La gran emergente del “Chic Naïf” actual es la artista mexicana Paola Herrera Ledesma.





















































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